Atardecer en el State-Line Speedway


El aroma a neumáticos quemados y el escape de los autos americanos devoradores de gasolina se mezclan en el aire mientras el sol se esconde en el horizonte, bañando la pista en una luz dorada. Una grabación del himno nacional resuena por los altavoces, señalando que las carreras están a punto de comenzar. Pero esta no es cualquier carrera; es la clase «bump-to-pass», donde pilotos aficionados esperan toda la semana para ponerse los cascos y abrocharse en sus enormes coches. Algunos autos están decorados con calcomanías de sus patrocinadores, generalmente talleres locales, mientras que otros han sido recién pintados para ocultar los daños de la semana anterior.

Esto no es un deporte común; es un deporte de contacto con un modesto premio en efectivo, apenas suficiente para cubrir la cuota de inscripción, y quizá no alcance para llenar el depósito. Pero para mí, solo hay un auto que importa: un Buick Regal de 1975 llamado The Albino Rhino. Con su pintura nácar, calcomanías de color naranja crema y un recorte metálico de un rinoceronte blanco montado en el techo, este coche, hecho por mi padrastro, es sin duda el vehículo más impresionante estéticamente en la pista. Pero en la clase «bump-to-pass», la apariencia no significa nada. Aquí, los conductores son animados a chocar entre sí, y cada curva presenta el peligro de un trompo o de estrellarse contra las paredes de cemento que rodean la pista. Ningún coche sale ileso de la carrera.

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El tercer álbum de Aaron Rux rinde homenaje a la caótica belleza de estas carreras de choque. No es un álbum conceptual, sino una colección de momentos vividos durante los últimos cinco años desde la publicación de su anterior disco, Crying Cowboys (2019). El Albino Rhino sirve como una metáfora de los muchos peligros que conlleva simplemente existir, con el estilo melancólico y sensual característico de Rux, que se despliega en una mezcla de temas de tempo rápido perfectos para bailar relajadamente.

Musicalmente, el álbum continúa en la línea de Crying Cowboys, mezclando soul de ojos azules, folk y rock orientado a adultos. Sin embargo, gracias en parte a la participación de la banda en la composición y los arreglos, este álbum presenta nuevos matices en forma de armonías vocales en capas, grooves de bajo que rebotan, guitarras con toques de funk y lap-steel, así como ritmos intrincados y juguetones en la batería y la percusión. Las letras exploran temas de amor, hedonismo y dudas existenciales, con cada tema ofreciendo un tono diferente del mundo introspectivo de Rux.

Albino Rhino ya está disponible en vinilo y en todas las plataformas.

Podrás escucharlo en directo el 20 de febrero en la sala El Sol de Madrid, dentro del ciclo Mazo Madriz.