ELEGANCIA POP, ESPONTANEIDAD FLAMENCA
Soleá Morente presenta hoy su segundo álbum ‘Ole lorelei’, una deliciosa combinación de estilos dominada por sus raíces.
Todo surgió con un tema. Emergió como por encantamiento Ya no solo te veo a ti y eso resultaría ser el embrión de Ole lorelei, el nuevo álbum de Soleá Morente, una colección de pequeñas joyas y joyas no tan pequeñas a medio camino entre la elegancia pop y la espontaneidad flamenca. La hija mediana de Enrique Morente y la bailaora Aurora Carbonell oscila entre uno y otro estilo para cerrar un álbum más ecléctico que su anterior Tendrá que haber un camino (2015), su debut en solitario. Ole lorelei verá la luz el próximo 16 de marzo en formato cd, vinilo y digital.
Ya no solo te veo a ti, germen de este nuevo disco, fue la culminación de una colaboración pospuesta durante años, la de Soleá Morente con Alonso Díaz, de Napoleón Solo. El resultado deslumbró a ambos, la hija del mito del cante y la figura emergente del indie granadino. Y así surgió un entendimiento estable que convirtió a Alonso en productor del segundo álbum de Soleá, colaborador destacado en la mayoría de sus canciones y artífice de ese punto de sofisticación que envuelve el universo netamente flamenco que corre por las venas de la artista.
No es simple indie lo que respira Ole lorelei, en absoluto. Su estilo viaja del funk con aires de Serge Gainsbourg y Jane Birkin, al setentero r&b de artistas como Las Grecas o se detiene en los autotunes del trap, que se incorporan a una soleá de Bernarda de Utrera con naturalidad. Hace mucho tiempo que el flamenco tiene vida propia, pero la mediana de los Morente no renuncia a buscarle nuevas rutas.
Hay en el segundo trabajo de Soleá una curiosa tensión que emana de su propia dualidad. Dos estilos supuestamente alejados se contagian entre sí: por un lado avanzan los temas pop empapados de cante y por el otro el cante contaminado de pop. La misa que yo voy (soleá de Bernarda de Utrera con auto-tune), Grandes locuras (alegrías de Morente), Por tu querer como un niño (fandango de Vallejo) y, en menor medida, La alondra (martinete) son la antítesis del pop, aunque con tratamiento asimilable.
El resto es una mezcla de Soleá y Alonso, quienes, con la colaboración también importante de Lorena Álvarez completan otros seis temas menos flamencos. “Parecen dos bloques de canciones diferentes, pero es una falsa sensación. Para mí es lo mismo, todo está íntimamente relacionado”, explica ella. “Cada cante introduce el tema de la siguiente canción, son dos formas distintas de decir lo mismo.”
Es una amalgama que refleja la propia personalidad de la mediana de los Morente. “Me siento tan identificada con el cante jondo como con la personal producción de Alonso, que también ha estado presente en la produccion de los cantes flamencos de este disco”. Baila conmigo, la sensacional Ya no solo te veo a ti, que parece extraída del repertorio de Jeanette; o Porqué será, son claros ejemplos del novedoso trabajo de Soleá y Alonso en este disco.
Alonso corrobora: “Hay temas en los que se reconoce más el palo, pero al final todo está inspirado en el flamenco”. El miembro de Napoleón Solo confirma también esa colaboración que comenzó con una canción inacabada, que acabaría convirtiéndose en Ya no solo te veo a ti y que, finalmente, daría origen al resto de Ole lorelei. “Nos dejó tan satisfechos la canción que hicimos otras, salió la idea de un EP y finalmente la del álbum”. Un álbum que refleja las contribuciones mutuas de dos grandes talentos.
Raíces e influencias: es la ecuación que ha hecho artista a Soleá Morente, una mujer que se incorporó desde muy pequeña a la tradición flamenca familiar. Colaboró con palmas, voces y coros en numerosos discos de Enrique Morente y de su hermana Estrella, ya desde que en 1991, con apenas seis años, apareciera en el disco Misa flamenca de su padre. Se incorporó como vocalista en distintos temas de Los Evangelistas, el grupo con el que Jota, Antonio Arias, Florent Muñoz y Eric Jiménez, de Los Planetas y Lagartija Nick, rendían homenaje al patriarca de la familia.
En Tendrá que haber un camino, su debut en solitario, Soleá encontró su sitio rodeada de los suyos: un abrumador elenco de invitados con los que le unen lazos tanto sanguíneos o amistosos: La Bien Querida, los músicos de Los Planetas, Lagartija Nick, Lori Meyers, Pájaro Jack, sus hermanos Estrella y José Enrique, su madre Aurora y la inconmensurable herencia de su padre Enrique. El álbum resultó un tesoro de largo recorrido surgido del corazón de Granada
Ahora con la colaboración de Alonso Díaz, Soleá deslumbra con un Olorelei calculádamente paradójico y arrebatador.