Aaron Rux, Hombre GQ de la Semana

• El músico norteamericano afincado en Madrid lanza ‘Pacific Princess’, su primer disco en solitario.

• Los compositores italianos de los años 70 y la bossa nova son los principales referentes de este paseo electrónico por el lado misterioso del lounge.

Aaron Rux comprende que ‘Pacific Princess’ (El Volcán, 2016), su primer disco en solitario, es un asunto decididamente vintage: «He hecho un disco conceptual, aunque la gente ahora prefiera escuchar listas de reproducción en lugar de discos». Pero no lo dice como algo negativo: cada canción tiene entidad en sí misma y, de hecho, ha sido lanzada antes en formato digital que en vinilo, para el que habrá que esperar hasta septiembre. Porque ‘Pacific Princess’ es un objeto pop para sibaritas que, también, puede ser apreciado por oyentes casuales.

«Mi idea era crear un viaje en crucero», explica Rux, «que recogiese la herencia de la bossa nova y las bandas sonoras del antiguo cine italiano, especialmente las de los gialli. Siempre eran temas muy luminosos, con una instrumentalización muy bella y un cierto toque naïf. Me gustan mucho Stelvio Cipriani, Berto Pisano o, por supuesto, Ennio Morricone, cuyas composiciones eran muy importantes en la película donde sonaban. La iban modelando de manera increíble».

Sin embargo, la experiencia de ‘Paccific Princess’ va mutando lentamente ante nuestros oídos. «También quería hacer algo más bailable, como si el crucero tuviese una discoteca. Entonces pensé que la idea podría ser empezar el viaje de día, cuando estás con el cóctel en la mano, e ir hacia la disco a medida que te vas animando con los paisajes y el alcohol. En el fondo, lo que quería hacer era una progresión hacia la noche».

El otro lado de la diversión

Puede que su música te suene de antes. Rux lleva ya más de un año colaborando con Joe Crepúsculo y representa un tercio de Canódromo Abandonado, inclasificable grupo cómico que llamó la atención del circuito cinéfilo underground con ‘La tumba de Bruce Lee’ (2014). También ha trabajado como compositor para películas y cortometrajes de otros, como esa ‘Todos están muertos’ (2014) por la que fue premiado (junto a Juan Manuel del Saso y Juan Pastor) en el Festival de Málaga. ‘Pacific Princess’ podría ser entendido como una reacción lógica a esa faceta: «Es la banda sonora para una película que no existe. Me encantaría que la dirigiera uno de esos directores italianos de los 70 que nadie sabe muy bien quiénes son. Gente que rodó una película aparentemente muy genérica, pero que es capaz de darte unos momentos líricos muy inesperados».

«Mi trabajo como compositor de bandas sonoras me obliga a analizar mucho las emociones que están en juego en cada secuencia. Pueden venir de la instrumentalización y los arreglos, pero también influye la propia textura de la música que estás creando. Con este trabajo me he ido poniendo metas en forma de influencias: canciones que me flipado a lo largo de los últimos años y que me he propuesto rescatar aquí en lugares concretos, todo dentro de la unidad temática del disco. Sobre todo, la libertad de poder hacer algo que me mola interpretar a mí, sin tener que entregárselo después a un director y preguntarle qué le ha parecido. Esto es mío y lo voy a cantar yo».

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